sábado, 1 de junio de 2013

El bambú Japonés

 Texto Tomado de: http://www.motivacionysuperacion.com/2010/07/la-historia-del-bambu-japones.html
Lean esta historia que escuche de una muy buena maestra compañera Santa Arias Mariano, y quiero compartirlas con mis compañeros y compañeras, porque muchas veces en nuestra vida personal y profesional, es como si plantáramos un bambú. Trabajamos incansablemente, invertimos mucho tiempo, nos esforzamos al máximo, haces todo lo que posible y más, para nutrir nuestros proyectos, nuestro conocimiento, por defender nuestros ideales … pero algunas veces no se ve nada durante semanas, meses o años; la paciencia se nos agota y empezamos a creer que los entonces mayores nos decían es cierto, el tiempo enseña a no luchar y cavamos por ceder; pero esta lectura nos enseñara que si tenemos paciencia para continuar trabajando, persistiendo y alimentando, un día veremos crecido y fuerte lo luchado, lo sembrado y veremos cambios que tu jamás esperabas…Por eso se que después de leer esta lectura no nos daremos jamás por claudicados nuestros proyectos y de nuestros sueños…

La historia del bambú japonés

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá sólo estés echando raíces...
Con afecto su amigo, compañero y Camarada Juan Carlos Barraza Calderón.

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